viernes, 6 de abril de 2012

¡Vaya semanita (santa)!

   Como quiero parecerme a Javier Marías, pero no tengo ni su talento como escritor ni la profundidad de su mirada (y eso que he probado ante el espejo; tantas veces...), voy a sumergirme varias horas en el centro de esta ciudad, pequeña, pero convenientemente caótica y llenita de turistas en busca de playa. Con un poco de suerte, conseguiré tener problemas de aparcamiento, problemas para llegar a mi destino, problemas para encontrar lo que busco y, a poco que se dé bien, lograré cabrearme a conciencia por la invasión católica de las calles. Con esa energía renovada (uno piensa que, con la edad, el odio y el desprecio a la iglesia, como casi todos los odios, pierde calor, pero solo hace falta un poco de aire para que las ascuas vuelvan a prender la madera reseca), con ese nuevo furor escribiré, al fin, una gran entrada en el blog en la que dar rienda suelta a una brillantez y un ingenio desbordantes, que anidan en alguna parte de mi ser y no se deciden a alzar el vuelo. Ya está bien de malbaratar mi bilis con el yoga, la homeopatía, o los nuevosnovísimosnuevecitosnarradores. Es hora de abordar las procesiones. Estén atentos. La entrada, si llega a existir, tiene ya título: "Para que luego digan que la procesión va por dentro".

2 comentarios:

  1. Y lo conseguiste, por lo que he visto... aunque he de decir que mi amado Marías es más sutil (ejem) criticando al PP. Pero claro, tu blog no es de Prisa ;)

    ResponderEliminar
  2. La sutileza no es necesariamente el fuerte del Regardé. Bueno, nada es el fuerte de Regardé. Lo que sí espero es poder un día hacerme una foto como la que ilustra este post (ya he dicho otras veces que me gustan sus novelas, pero que sus artículos llevan tiempo en una lenta y desganada decadencia, y que su ego, a veces, nos brinda ocasiones de regocijo involuntario...)sin descojonarme. Serán servidumbres de la promoción y de la empresa, como lo de ser sutil, pero esa mirada hay que practicarla...

    ResponderEliminar